“¿Debería retroceder?” Esta fue la pregunta que me hice en 2011, un año que marcaría un antes y un después en mi vida. Ocho meses antes, había tomado la valiente decisión de mudarme a México por amor y nuevas oportunidades laborales. Pero lo que comenzó como una aventura prometedora pronto se transformó en una serie de desafíos que me hicieron cuestionar todo.
Mi relación, en la que había depositado tantas expectativas, no marchaba bien. Además, el ambiente laboral se volvió tóxico, y la comunidad que había imaginado como mi red de apoyo me pareció distante y fría. En medio de este caos, caí enferma y me encontré en un hospital, sintiéndome más sola que nunca.
La opción más fácil habría sido regresar a Texas. Allí estaban mis amigos, mi red de apoyo y la comodidad de lo conocido. Sin embargo, algo dentro de mí me decía que volver no era la respuesta. La verdad es que retroceder sería una distracción de lo que realmente estaba sucediendo en mi interior. Aceptar la oscuridad en la que me encontraba era un paso necesario en mi camino hacia el autoconocimiento.
Descubriendo la Luz en la Oscuridad
Imagínate un mundo extraño y oscuro, lleno de montañas y valles, donde solo puedes ver lo que hay dentro del pequeño círculo de luz que sostienes en la mano. Este mundo es tú misma, lleno de emociones, pasiones y sueños ocultos. Para muchas, nuestra identidad y lo que nos hace felices son terrenos desconocidos en la oscuridad.
A medida que decidí quedarme en México, me di cuenta de que había llegado el momento de explorar mi mundo interior. No quería seguir escapando de quien realmente era; quería abrazar cada parte de mí. Pero, ¿cómo se hace eso?
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Sé consciente del ahora, por malo que parezca. Durante mi tiempo en un ambiente laboral tóxico, descubrí que disfrutaba de las conversaciones individuales. Aunque rodeada de negatividad, esta conexión me proporcionó una chispa de alegría. A veces, los momentos difíciles en la vida esconden lecciones valiosas. Al permitirme estar presente, empecé a comprender lo que realmente valoraba.
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Reconéctate con la alegría del pasado. La vida moderna nos empuja a enfocarnos en el trabajo y las posesiones materiales, olvidando la alegría simple que experimentábamos de niños. Recordar lo que nos hacía felices en nuestra infancia puede abrir las puertas a redescubrir partes de nosotros que hemos dejado de lado. Para mí, volver a los Legos y la escritura fue una forma de reconectar con mi creatividad.
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Prueba cosas al azar. La vida es una aventura y, a veces, la mejor manera de descubrir quién eres es lanzándote a nuevas experiencias. Un taller de viaje espiritual que encontré cerca de mi casa me llevó a eventos y conexiones inesperadas. No tengas miedo de explorar, de probar cosas nuevas; cada experiencia te acerca un poco más a tu verdadero yo.
La Transformación
El año que decidí quedarme en México fue difícil, pero fue también uno de los más transformadores de mi vida. Esa decisión me impulsó a descubrir mis pasiones, a renunciar a un trabajo que ya no me llenaba y a crear una vida más alineada con quien realmente soy. Ahora, mi vida está llena de aventuras, de exploración y de un sentido renovado de propósito.
COMO FOMENTAR EL AMOR PROPIO SIENDO UNA MUJER JOVEN
Vivimos en sociedades donde nos presionan a concentrarnos solo en nuestra carrera, asumiendo más responsabilidades y ganando más dinero para poder usar ese dinero para comprar lo último, ya sea el iPhone más nuevo o alguna nueva moda en Instagram o TikTok.
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Pero esto no es alegría.
La alegría es una emoción de corta duración. Sólo lo sentimos al realizar una actividad que nos produce alegría; si estamos demasiado distraídos, podemos perdérnoslo.
Cuando empezamos a centrarnos en una carrera o en las posesiones materiales, podemos acabar desconectados de la alegría. Entonces debemos encontrar esa alegría nuevamente.
Parte de esto puede suceder en el paso uno: ser conscientes del ahora y notar cuándo sentimos esa alegría. Pero también podemos minar de alegría.
La primera forma de hacerlo es recordar cuando eras niña y adolescente. ¿Qué disfrutaste entonces? ¿Haces algo de esto ahora? ¿O lo dejaste porque te sentías demasiado ocupada o avergonzada?
Me encantaban los Legos y Star Trek, pero a menudo mis familiares y amigos me avergonzaban por gustarme eso. Luego, de adulta, pensé que sólo los niños jugaban con Legos, así que lo dejé. Ahora me compro juegos de Lego y disfruto armándolos.
Pero también podemos replantear lo que nos gusta en la infancia en rasgos y acciones de adultos.
Me encantaba escribir historias desde que era joven. Sabiendo que entonces amaba escribir, me di cuenta de que podía decidir escribir ahora, pero de manera diferente.
Ahora escribo por alegría, pero en lugar de historias, suelo escribir artículos que explican conceptos y ayudan a las personas.
Reconectarnos con la alegría del pasado también nos ayuda a redescubrir partes de nosotros mismos que siempre estuvieron ahí.
¿Qué terminé haciendo?
Ese año fue realmente duro para mí. Me sentí empujada a mis límites.
Pero tomar la decisión de quedarme y trabajar para comprender quién era yo (comprender ese mundo oscuro y oculto) es una de las mejores decisiones que he tomado.
Me llevó a descubrir mis pasiones y el tipo de vida que quería vivir.
He renunciado a un salario de seis cifras para centrarme en varias pasiones. Acabo de regresar de unas “vacaciones de trabajo” bajo el sol y ya no tengo esa sensación de pavor que tenía todos los días.
Aún me queda un largo camino por recorrer, pero cada paso que doy en este viaje me acerca más a la mujer que quiero ser. He aprendido que dentro de mí hay montañas que escalar y océanos que navegar, y que cada día es una oportunidad para descubrir nuevas partes de mí misma.
Así que, querida lectora, te invito a que te detengas un momento y te preguntes: ¿quieres empezar a explorar quién eres realmente? Si es así, ¡empieza ahora! Tu mundo oculto te espera, lleno de maravillas y sorpresas. La aventura de autodescubrimiento está al alcance de tu mano. ¡Atrévete a dar el primer paso!
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¡Qué sería del mundo sin #ellas!
