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viernes, noviembre 22, 2024

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Hacer Inversiones en México en un año de elecciones

Las empresas locales e internacionales que actualmente evalúan y definen sus planes de inversión en México deben lidiar con una incertidumbre adicional en los supuestos de sus planes de negocios durante un año de elecciones presidenciales. 

Aunque las encuestas actuales favorecen la continuidad del partido gobernante, cada nuevo gobierno introduce su propia agenda política y económica o, como mínimo, un ajuste a las políticas existentes que potencialmente pueden impactar a las empresas. 

Considerar diferentes escenarios macroeconómicos y regulatorios, y su impacto potencial en un plan de negocios, representa un desafío importante. Comprender el panorama político y sus posibles fluctuaciones se convierte en un aspecto crítico de la planificación estratégica y la toma de decisiones de inversión en un entorno tan dinámico.

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Históricamente, durante los períodos electorales en América Latina, las empresas locales y extranjeras tienden a posponer decisiones o reducir sus montos de inversión para centrarse en resultados claros de corto plazo. 

Esto se debe a los cambios impulsados ​​y al discurso populista de algunos de los candidatos durante sus campañas, así como a las marcadas diferencias ideológicas y la polarización entre los principales partidos, factores todos ellos que pueden impactar significativamente las expectativas de retorno de la inversión.

Durante las últimas 22 elecciones presidenciales libres en la región, la administración actual perdió 20 veces frente a la oposición. Este cambio frecuente de liderazgo ha planteado un desafío adicional para los inversores, especialmente aquellos con proyectos a largo plazo que se extienden más allá de la duración de un solo mandato presidencial. La necesidad de un cronograma más largo para lograr el impacto deseado y el retorno de sus inversiones se acentúa en un entorno políticamente tan dinámico.

En una conversación de 2019 con CNBC, Warren Buffett, el famoso presidente y director ejecutivo de Berkshire Hathaway, ofreció una perspectiva contrastante sobre este tema. Buffett advirtió que “la política no tiene lugar en el ámbito de la inversión”, e instó a los inversores a no permitir que las opiniones políticas influyan indebidamente en sus estrategias de inversión. A pesar de las tendencias históricas y los cambios políticos a nivel mundial, el consejo de Buffett destaca la importancia de mantener una distinción clara entre los acontecimientos políticos y las decisiones de inversión. Hizo hincapié en la necesidad de que los inversores resistan la tentación de permitir que opiniones políticas personales influyan en sus estrategias de inversión, sugiriendo centrarse en el valor intrínseco y el potencial a largo plazo de las inversiones, independientemente del panorama político actual.

A pesar de las incertidumbres electorales, México ofrece oportunidades de inversión únicas, particularmente a través del fenómeno del nearshoring. La ubicación geográfica estratégica del país, que comparte frontera terrestre e infraestructura de transporte marítimo con Estados Unidos, ayuda a minimizar el impacto de los problemas de la cadena de suministro, como la sequía que afecta al Canal de Panamá o los buques de transporte que son objeto de ataques en el Mar Rojo. Por lo tanto, a pesar de la incertidumbre relacionada con las elecciones, muchas empresas manufactureras tienen pocas opciones si necesitan tener cadenas de suministro resilientes. Estar lejos de las crisis globales y las tensiones geopolíticas y al mismo tiempo muy cerca de Estados Unidos posiciona a México como un destino atractivo para las empresas que buscan reubicar sus cadenas de suministro más cerca de sus mercados finales. Este enfoque es relevante en momentos en que las tensiones comerciales y los desafíos logísticos han llevado a muchas empresas, incluidos grupos chinos y europeos, a considerar reubicar plantas o agregar nueva capacidad en México para atender a clientes con sede en Estados Unidos.

Además, México se beneficia de acuerdos comerciales estables, como el T-MEC (Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá), que proporciona un marco legal y comercial favorable para operaciones de nearshoring. La proximidad geográfica a Estados Unidos reduce los costos de transporte y logística, facilitando la integración de las cadenas de suministro y mejorando la capacidad de respuesta a las demandas del mercado.

Durante los primeros nueve meses de 2023, la inversión extranjera directa alcanzó casi 33 mil millones de dólares(1) y grandes empresas, como Tesla (prevista una planta de 5 mil millones de dólares), han anunciado numerosas inversiones multimillonarias, que a su vez atraen nuevos compromisos de proveedores. Durante los primeros cuatro años de la administración de López Obrador, las importaciones estadounidenses desde México ascendieron a 459 mil millones de dólares(2) en 2022, un aumento del 31,5% desde 2018, lo que demuestra aún más el atractivo de México como plataforma de exportación. 

La fortaleza del nearshoring en México contribuye a un panorama económico prometedor para 2024, aunque hay factores a considerar que podrían influir en su desempeño. La actual administración ha pronosticado un crecimiento económico del 3,5% para 2024, apoyado en la fortaleza del consumo privado, mayores niveles de inversión pública y privada y un aumento de la capacidad productiva del país. El Banco de México comparte una previsión similar, aunque ligeramente más conservadora, con expectativas de crecimiento del 3,1% – 3,3%.

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Las elecciones presidenciales en México son particularmente relevantes para América Latina este año y podrían marcar un paso significativo para la igualdad de género si el país elige a su primera presidenta.

Hay preocupaciones sobre una posible desaceleración económica. Los expertos indican que, si bien se espera que la primera mitad del año continúe con una trayectoria de crecimiento positivo, el final de 2024 podría ser más desafiante debido a factores externos, principalmente las elecciones presidenciales estadounidenses y la posibilidad de una desaceleración económica en Estados Unidos. Las elecciones en EE.UU. están generando incertidumbre adicional, considerando que es el mayor inversionista internacional en México y el destino de la mayoría de sus exportaciones. El discurso político en Estados Unidos centrado en cuestiones de inmigración y la relación comercial con México puede crear volatilidad incluso si las políticas finales implementadas por la próxima administración estadounidense probablemente sean más pragmáticas.

Actualmente, el panorama general sobre México es bastante optimista. Con el inminente cambio en la presidencia, el nuevo liderazgo debe centrarse en maximizar el potencial del país en beneficio de su economía y su población. La capacidad de la administración entrante para hacer realidad este potencial será decisiva para determinar el progreso económico y la estabilidad de México en los próximos años.

Referencias:

1. INEGI

2. Economía comercial

CC: mexicobusiness.news

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