El suicidio es una de las principales causas de muerte en los jovenes después de la pandemia, principalmente en los Estados Unidos.
Más de 48.000 estadounidenses murieron por suicidio en 2021, el año más reciente del que hay datos disponibles, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) . En el mismo año, alrededor de 12,3 millones de estadounidenses tuvieron pensamientos suicidas graves, según los CDC.
El suicidio es un problema de salud pública que puede tener efectos duraderos en individuos, familias y comunidades.
Por eso es importante comprender por qué pueden ocurrir pensamientos suicidas, cómo afrontarlos y cómo prevenir el suicidio. Conocer esta información podría salvar vidas.
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¿Qué son los pensamientos suicidas?
Los pensamientos suicidas, también llamados ideación suicida, incluyen deseos, pensamientos y preocupaciones sobre la muerte y el suicidio.
Los pensamientos suicidas pueden fluctuar en intensidad y duración. Tienden a seguir un patrón de “aumento y disminución”, en el que son más intensos en ciertos momentos y se estabilizan (o posiblemente disminuyen por completo) en otros, señalaron los autores del informe. A veces son deseos fugaces y pasivos de simplemente dejar de existir y, a veces, son pensamientos persistentes y abrumadores de hacerse daño a uno mismo.
Cuando estos pensamientos surgen por primera vez, a menudo se sienten intrusivos y atemorizantes, algunas personas que luchan contra la depresión o los pensamientos suicidas durante mucho tiempo, pueden empezar a sentirse casi normales.
Los tipos de pensamientos suicidas que uno experimenta pueden variar de persona a persona y se consideran de naturaleza pasiva o activa, según el informe antes mencionado.
Pensamientos suicidas pasivos
Los pensamientos suicidas pasivos ocurren cuando alguien pierde la motivación para vivir, pero no tiene un plan para terminar con su vida, estos pueden ser pensamientos como preguntarse cómo sería estar muerto o no despertarse por la mañana.
Aunque alguien con pensamientos suicidas pasivos no tiene un plan para poner fin a su vida, estos pensamientos podrían eventualmente convertirse en pensamientos suicidas activos y conducir a un intento de suicidio, según el informe de StatPearls antes mencionado. Los pensamientos suicidas pasivos deben tomarse muy en serio.
Pensamientos suicidas activos
Los pensamientos suicidas se consideran activos cuando alguien pierde las ganas de vivir y tiene un plan para poner fin a su vida, según Salt Lake Behavioral Health.
“Los pensamientos suicidas activos se refieren a pensamientos que se centran en métodos y planes para morir por suicidio”, dice Mezulis. “Estos pueden ser pensamientos como considerar diferentes medios de suicidio o hacer un plan mental para morir por suicidio”.
Causas y factores de riesgo de pensamientos suicidas
El suicidio es complejo y nunca existe una causa única, vicepresidenta senior de investigación de la Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio.
Hay muchos contribuyentes potenciales que pueden combinarse para crear o aumentar el riesgo.
Los factores que podrían aumentar su riesgo de tener pensamientos suicidas, incluyen:
- Sentirse desesperado, inútil, solo o socialmente aislado
- Experimentar un acontecimiento estresante en la vida, como la pérdida de un ser querido o problemas financieros.
- Tener una condición de salud mental como la depresión.
- Tener un trastorno por uso de sustancias
- Tener una enfermedad crónica, dolor crónico o enfermedad terminal.
- Tener antecedentes de abuso físico o sexual.
- Historia familiar de suicidio.
- Tener antecedentes familiares de afecciones de salud mental.
- Ser lesbiana, gay, bisexual o transgénero sin una familia que lo apoye o vivir en un entorno hostil
- Tener intentos de suicidio previos
Signos y síntomas de pensamientos suicidas
Las señales de advertencia de que alguien puede estar teniendo pensamientos suicidas, incluyen:
- Hablar de suicidio y desear abiertamente morir o estar muerto.
- Obtener los medios para acabar con la vida, como almacenar pastillas o comprar un arma.
- Retraerse socialmente y expresar un fuerte deseo de estar solo.
- Tener cambios de humor, como sentirse emocionalmente elevado un día pero deprimido y desanimado al día siguiente.
- Fijarse en la muerte, el morir o la violencia.
- Sentirse desesperado o atrapado en una situación.
- Aumento del consumo de drogas o alcohol.
- Cambiar su rutina habitual, incluidos los hábitos de sueño y alimentación.
- Experimentar ansiedad severa o cambios de personalidad.
- Participar en comportamientos riesgosos, como conducir imprudentemente o consumir sustancias.
- Regalar pertenencias personales, redactar un testamento o poner sus asuntos en orden cuando aparentemente no hay una razón lógica para hacerlo.
- Decir adiós a amigos y familiares como si nunca más los volviéramos a ver
Cómo los pensamientos suicidas afectan su salud y bienestar
Los pensamientos suicidas pueden afectar gravemente su bienestar físico y emocional, además de aumentar el riesgo de morir por suicidio o lesionarse en un intento de suicidio.
El cerebro humano sólo puede procesar una cantidad limitada de información a la vez, dice Mezulis. Entonces, cuando una persona experimenta pensamientos suicidas constantes, consume gran parte de su energía cognitiva y emocional, dice.
“Eso puede resultar agotador, tanto psicológica como físicamente”, explica Mazulis. “Los pensamientos suicidas persistentes pueden afectar el estado de ánimo y la salud, contribuyendo a un ciclo de estado de ánimo negativo y pensamientos suicidas que pueden ser difíciles de interrumpir”.
Las consecuencias más graves de los pensamientos suicidas son el intento de suicidio o la muerte por suicidio. Las personas que sobreviven a un intento de suicidio pueden sufrir graves daños físicos en el cuerpo que pueden ser debilitantes o incluso permanentes y pueden incluir:
- Cicatrices
- Huesos rotos
- Hemorragia o sangrado abundante
- Falla de organo
- Daño cerebral
- Parálisis
- Coma
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Prevención de pensamientos suicidas
Según una investigación , los pensamientos suicidas suelen ser parte de un problema mayor, como una condición de salud mental subyacente como depresión, trastornos por uso de sustancias o esquizofrenia .
El tratamiento de estas afecciones subyacentes del estado de ánimo [u otras afecciones de salud mental] puede ayudar a prevenir y reducir los pensamientos suicidas.
Pero no todas las personas que experimentan pensamientos suicidas tienen una afección de salud mental; los acontecimientos estresantes de la vida, como los problemas en las relaciones, la muerte de un ser querido o el desalojo, también pueden provocar pensamientos suicidas, según la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales.
De manera similar, abordar esos factores contribuyentes (a través de estrategias como hablar con un profesional de la salud mental sobre esos factores estresantes y encontrar formas de manejar los sentimientos de angustia resultantes, por ejemplo) también puede ayudar a disminuir los pensamientos suicidas.
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Otros factores que pueden proteger contra el suicidio y los pensamientos suicidas, incluyen:
- Tener acceso a atención médica constante y de alta calidad para afecciones de salud física y mental.
- Desarrollar habilidades efectivas para afrontar y resolver problemas.
- Centrarse en sus razones para vivir, como la familia, los amigos o las mascotas.
- Tener o desarrollar conexiones significativas con otros.
- Tener un fuerte sentido de identidad cultural.
- Obtener apoyo de amigos y familiares
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Cómo afrontar los pensamientos suicidas
Los pensamientos suicidas siempre deben tomarse muy en serio. No espere a buscar ayuda para usted o para un ser querido que esté considerando suicidarse.
Si siente que no vale la pena vivir la vida, nota cambios en sus pensamientos y comportamientos que le dificultan seguir adelante, o se siente deprimido o desesperado, es importante confiar en su instinto y actuar.
Si siente que usted o un ser querido está en peligro inminente de suicidio, llame al 911 para obtener ayuda de emergencia.
Puede buscar ayuda con:
- Psicoterapia También llamada “terapia de conversación”, la psicoterapia implica trabajar con un terapeuta autorizado para explorar las causas fundamentales de sus pensamientos suicidas y aprender habilidades que le ayudarán a controlar sus emociones.
- Medicamentos Estos podrían incluir antidepresivos , antipsicóticos o ansiolíticos si tiene una afección de salud mental. Controlar los síntomas de una afección puede, a su vez, disminuir los pensamientos suicidas.
- Tratamiento de la adicción Si tiene un trastorno por uso de sustancias, recibir tratamiento puede reducir los pensamientos suicidas. Esto podría incluir desintoxicación , programas de tratamiento de adicciones o reuniones de grupos de autoayuda.
También puedes comunicarte con familiares, amigos o miembros de una comunidad religiosa, por ejemplo, cuando sientas que necesitas apoyo.
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