POR: JESÚS VÁZQUEZ TRUJILLO:
ESCRITOR, HISTORIADOR Y POLÍTICO.
“Cuatro cabezas en la Alhóndiga de Granaditas”
Las cabezas de los cuatro jefes insurgentes llegan a Santa Fe de Guanajuato, 13 de octubre de 1811
La mañana del 21 de marzo de 1811, los cuatro jefes insurgentes fueron emboscados y aprehendidos un paraje conocido como Norias de Baján.
Fueron llevados a la ciudad de Monclova, donde los recibieron en un hospital que improvisaron como una cárcel.
El 8 de abril de 1811, la noticia de la captura de los primeros jefes insurgentes, llegó a la ciudad de México.
El 13 de abril, el virrey Francisco Xavier Venegas, ordenó que los insurgentes fueran sometidos a un consejo de guerra y que la sentencia fuera cumplida inmediatamente.
Los insurgentes fueron juzgados y condenados a muerte, posteriormente serían decapitados y sus cabezas fueron llevadas a los lugares en donde cometieron sus crímenes, siendo la ciudad de Santa Fe de Guanajuato, la más importante.
El 30 de junio de 1811, fueron fusilados en la Plaza de San Felipe, en Chihuahua, Ignacio Allende, los hermanos Juan e Ignacio Aldama y Mariano Jiménez.
Un mes más tarde, el 30 de julio de 1811 fue fusilado el cura Miguel Hidalgo, sus cabezas fueron llevadas.
A diversos lugares del virreinato de la Nueva España, y el 13 de octubre arribaron a la ciudad de Santa Fe de Guanajuato.
Para ser colocadas en sendas jaulas de hierro, mismas que fueron colocadas en las cuatro esquinas de la alhóndiga de granaditas.
A modo de escarmiento para los novohispanos Guanajuatenses que insistieran en rebelarse una vez más.
Ahí permanecieron hasta el 27 de septiembre de 1821, fecha en que se consumó la independencia.
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