POR: DRA. LULÚ CUEVAS.
Hola, estamos una vez más por aquí para conversar sobre Ejercicio Físico y Salud Mental.
El seguir reglas, respetar turnos, desarrollar habilidades físicas y algo muy importante como lo es la socialización se aprende o se desarrolla cuando realizamos un ejercicio físico o algún deporte, en algún lugar donde lo podemos compartir con otras personas.
Actualmente entre las y los jóvenes se padece de sedentarismo debido al sobre-uso de teléfonos celulares y videojuegos, los que se realizan desde un sillón y aún más recostados cómodamente en la cama dentro de su habitación, nada más negativo para un buen desarrollo físico y mental, pues además del daño y deterioro físico decaen nuestras funciones en el proceso de pensamiento.
Desde los primeros años, en la etapa de la infancia se debe incentivar a los pequeños a la práctica de algún deporte, respetando que ellos elijan la actividad que más les llame la atención de acuerdo a su preferencia y habilidad, tomando en cuenta su madurez de acuerdo a la edad en la que inicien esta práctica.
La práctica de algún deporte permite el aprendizaje del manejo de emociones al canalizarlas de manera adecuada, de manera que son vía para la descarga de enojo, tristeza, frustración e incluso el manejo de duelos y ansiedad en momentos de crisis.
A quienes lo practican con regularidad, el ejercicio les proporciona una gran sensación de bienestar. Haciéndolos sentir con más energía durante el día, se duerme mejor por la noche, los recuerdos se vuelen más nítidos, sentirse más relajado y mostrar positividad frente a los desafíos de la vida. Y eso no es todo, el ejercicio es también una efectiva ‘medicina’ para muchos problemas comunes de salud mental.
La buena noticia es que no necesitamos ser unos fanáticos del fitness para obtener estos beneficios. La investigación científica muestra, cada vez más, que cantidades e intensidades moderadas de ejercicio pueden hacer una gran diferencia.
El ejercicio promueve la creación de nuevas neuronas, proceso que conocemos como neurogénesis, que permite reemplazar aquellas que ya no son funcionales.
Finalmente, el ejercicio produce sentimientos de calma y bienestar, asociados a la liberación de hormonas y neurotransmisores. Entre las más conocidas están las endorfinas, unas proteínas pequeñas que tienen una estructura química muy parecida a la morfina, y que son producidas por nuestro organismo; por eso las llamamos ‘morfina endógena’. Tener elevadas las endorfinas es muy positivo para la ‘felicidad’ de las personas. Así que sin pensarlo más, determinemos nuestra rutina de ejercicio, ya que la práctica regular ayuda a tratar la
Depresión y la ansiedad; reduce el nivel de estrés y permite dormir mejor. Es probable que te sientas más feliz, más satisfecho con la vida y que mejore tu sensación de bienestar si eres físicamente activo.
¡¡¡NOS LEEREMOS PRONTO!!
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