POR: DRA. LULÚ CUEVAS.
Aquí estamos de nuevo, disfrutando de poder contactarnos por este medio. Hablaremos de un tema por demás interesante y que de vez en vez nos provoca una interrogante ¿Por qué algunas mujeres desean tanto casarse? ¿Será por cultura, creencia? O habrá una razón más profunda.
Mucho se ha dicho que nada hay más irracional que el amor, y además que ninguna decisión es menos racional que la de entrar al matrimonio, sin tener convicción acerca del cúmulo de compromisos y responsabilidades, retos y dificultades a enfrentar. Y esta afirmación se aproxima más a la realidad contemporánea, en la medida que se extiende y domina la mentalidad del placer por el placer y el deseo de comodidad.
Pero al hablar aquí de las razones sin-razón por las que algunas mujeres se casan e inician una relación muchas veces tambaleante, nos referimos a las causas subjetivas, intimas y con frecuencia incofesadas por las que algunas o algunos prestan ante el juez o ante el altar, un juramento de fidelidad eterna.
Es conveniente recordar que nuestro comportamiento se ve influido con frecuencia o tal vez siempre, en mayor o menor grado, por factores que no son conscientes, y que tienen que ver con nuestras vivencias de toda la vida, especialmente las de nuestra niñez, los deseos fallidos de nuestro pasado individual y con multitud de mensajes recibidos y no racionalizados ni comprendidos, que pueden alterar nuestra manera de ver la realidad y la forma de relacionarnos con ella.
Cuantas veces algunas o algunos de nosotros habremos exclamado, ¡caray, no sé por qué tomé tal o cual decisión!… y es que con frecuencia los factores internos que nos hacen sentir aceptación o rechazo a algo o a alguien son factores subjetivos (internos del sujeto), y no factores objetivos que obedezcan a una realidad total y externa.
He aquí cinco razones Sin-Razón por las que algunas mujeres se casan:
1.- Confunden Admiración con Amor. El Admirar a esa persona idealizada no garantiza el “amor eterno”, ni da solidez a la relación conyugal, esto solo puede favorecer un acercamiento inadecuado. Es más sólido el amor que se construye que el que se improvisa.
2.- La impetuosa atracción sexual. Este apasionamiento no equivale a amor y se queda solo en enamoramiento, y al día a día se va apagando esta llama ardiente del inicio y no se dará paso al amor real.
3.- Cuidado con los sentimientos de compasión. La compasión y la solidaridad son sanos sentimientos humanos que tienen lugar en toda relación interpersonal, sin embargo el ver desvalido al ser a quien se ha elegido para el matrimonio, no deberá ser el motivo por el cual se vaya al altar.
4.- Sentirse bien obteniendo el reconocimiento de la pareja. No es suficiente y más si se ha crecido en una familia con altos niveles de estrés y en donde se vivió una actitud hipercrítica. Nuestra reacción natural será alienarnos con quien nos dé reconocimiento, pero esto, ¿durará por siempre?
5.- La Bella y la Bestia. En la vida real, muchas mujeres reconocen los defectos de sus parejas y más aún están sabidas de las alertas rojas que emiten, pero en esa idealización creen que de una manera casi mágica, una vez casados van a cambiar a la otra persona convirtiendo sus defectos previamente vistos, en cualidades.
Hasta aquí con este interesante tema, y amigas! Vayan con cuidado que no siempre besar al sapo, hará que surja el príncipe. ¡Hasta la próxima!!
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