LA IMPORTANCIA DE CERRAR CICLOS

Empieza el año y con el llegan miles de ideas y de proyectos nuevos por realizar, inscribirte al GYM, empezar un curso o diplomado, aprender algo nuevo, nuevo look, nuevas metas, pero para que estos se puedan cumplir debes hacer algo que es muy importante, cerrar ciclos.

¿Te has preguntado alguna vez por qué? ¿Por qué personas perfectamente inteligentes hacen cosas tan obviamente contraproducentes? ¿Por qué tan a menudo nos sentimos atraídos por el mismo tipo de relaciones destructivas? ¿Por qué nos saboteamos a nosotros mismos? ¿Por qué llegamos crónicamente tarde, o seguimos bebiendo demasiado, o seguimos tomando malas decisiones financieras cuando nos esforzamos tanto por cambiar? ¿Porqué nos concentramos tanto en lo que no queremos y menos en lo que sí queremos?

Freud sugirió la metáfora de que la mente es como un glaciar (el llamado modelo “topográfico” de la mente). Mucho de lo que nos motiva y nos preocupa, nos detiene y nos empuja hacia adelante, se encuentra debajo de la superficie de la conciencia. Hacemos nuestro mejor esfuerzo para trabajar con lo que sabemos: la punta del glaciar, la mente consciente. Pero hay fuerzas poderosas debajo de la superficie: la mente inconsciente.


La mente inconsciente se concibe como un contenedor para los aspectos escindidos, no deseados y aterradores de nuestras vidas: sentimientos, pensamientos y experiencias que no podemos enfrentar conscientemente. La mente se protege de tales peligros percibidos enterrándolos en el inconsciente para su custodia: Freud llamó a esto represión. Pero como estas experiencias aún están muy vivas, el contenedor del inconsciente es como una tumba llena de seres vivos. Lo que se entierra allí no está muerto. Todavía tiene su opinión y su influencia.

Los modelos de psicoterapia, como el psicoanálisis, que llegan muy por debajo de la superficie de la conciencia son los tipos de modelos que pueden brindarle una oportunidad real de romper este ciclo de repetición loco pero demasiado humano. Las dificultades se abordan en la raíz, en el cuartel general donde viven estas fuerzas inconscientes. 

Cuando iluminamos el inconsciente, podemos ver mejor lo que está pasando allí. Enfrentar nuestros miedos y fantasías inconscientes en lugar de evitarlos trae una perspectiva completamente nueva. Con el tiempo, en realidad tiende a hacerlos menos aterradores. El monstruo debajo de la cama se revela como lo que es más imaginario que real.

Una de las frases célebres de Freud es donde estaba el ello, allí estará el ego. La versión moderna de esta idea es que donde estaba el inconsciente, estará el consciente. Hay secretos que guardamos, incluso de nosotros mismos. Pero estos secretos enterrados son también la clave de las posibilidades de un cambio real. Si queremos hacer cambios reales, cambios duraderos, tenemos que profundizar para hacerlos.