Por: Gabriela Barrios
El PERDÓN, sin duda es una palabra muy fácil de decir y de recomendar hacer a los demás, pero que tan capaces somos en realidad de perdonar.
El perdón es sin duda esencial para las relaciones humanas saludables. El jesuita y teólogo francés, François Varillon, dijo un día: “Las personas no pueden vivir juntas a menos que se perdonen entre sí solo… por ser quienes son.
Es a veces complicado llevar estas acciones a cabo, y todo por que dejamos que el ego cubra nuestra piel.. “Cómo!! Nos han fallado!! Pero si nos ha parido Zeus!!”… hasta que dejamos lugar a la razón sobre el ego.
TODOS necesitamos perdonar y claro ser perdonados, tal vez muchas veces en nuestra vida, sí…recordemos lo diferentes que somos…A veces es fácil perdonar.
No te digo que no dolerá…sería una total falacia…pero.. si encontramos que es mejor permitir sin ninguna dificultad el dejar de lado el incidente y seguir adelante, avanzaremos un poco.
En algunas ocasiones puede resultarnos extremadamente difícil perdonar a quien nos ha lastimado, por una y mil razones.
Las malditas expectativas, el temor a lo que digan los demás o simplemente nuestro amor era mucho y quizá sincero.
Podemos creer que DEBEMOS perdonar; incluso podemos querer perdonar.
Pero reconocemos que nuestro corazón está tan lleno de ira y dolor que todavía no podemos decir “te perdono” y decirlo en serio.Una declaración de perdón en este punto sería deshonesta y prematura.
En circunstancias como estas, al menos podemos ponernos en camino hacia el perdón, reconociendo que llegar al perdón es una meta deseable y necesaria, no solo porque se nos ordena perdonarnos unos a otros como nos dicta en una y mil doctrinas, sino también porque el perdón librará nuestro corazón de la presencia tóxica del resentimiento, la ira y la amargura.
Con suerte, el compromiso honesto hacia ti como ser humano deberá ser suficiente para darte el valor y el lugar que mereces, reconoce en ti el sentimiento que te victimiza y te lastima, piénsalo, razonalo, perdonate a ti lo antes posible, siempre reconociendo que el tiempo requerido variará, dependiendo de la profundidad de la herida.
Pero sin duda es el mejor REGALO QUE PUEDES DARTE.
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