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viernes, noviembre 22, 2024

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SOY MAMÁ PERO TAMBIEN SOY MUJER…

Me encanta  se mamá, es una faceta de la vida que amo con el alma”, pero así como  lo amo, también  he aprendido que necesito mis espacios, mis momentos!!  Hay  días en los que  necesito admitir que estoy cansada y que quiero y necesito ayudaaaa!! 

Hoy estuve a punto del colapso, terminamos clases online con un saldo de harina y café regado por toda la habitación,  el otro niño apurado por hacer su ejercicio de caligrafía y  la tarea; con una mamá que tiene que recoger y auxiliar en lo anterior pero que tiene que levantarse a hacer de comer,  terminar el trabajo propio,  y seguirle porque el día apenas va a la mitad, y entonces pasó, al voltear a ver los juguetes que hace 10 min estaban en su lugar regados a través de toda la sala, MAMÀ GRITÒ. 

Claro que estuvo mal como lo dirían muchos expertos en el tema  que también defienden a capa y espada el nunca decirles NO si no buscar palabras asertivas, caso donde también fallo  mucho y luego viene la inevitable culpa. El hecho sobre el que quiero enfatizar aquí es sobre el punto de no retorno al que llegamos muchas madres y el acto de desesperación que conlleva por el simple hecho de no pedir ayuda e ignorar la señales de agotamiento.

El ser mama  a veces se ha romantizado mucho, nos han enseñado el modelo de la madre abnegada que vive para ser mamá, pero no nos damos cuenta que si queremos ser buenas madres debemos ser coherentes con lo que enseñamos y eso implica cuidar de nosotras también.

Humanizar a la mamá es también parte de nuestro trabajo. Hacer entender a nuestros hijos, esposos, familiares y amigos, que también somos víctimas de la frustración, del desgano, del cansancio y que necesitamos ese espacio donde equilibrarnos nuevamente. 

Muchas lloramos, otras gritamos, algunas hacemos ejercicio, otras golpean cosas y otras escribimos, etc.

Si todos los edificios tienen vía de escape ¿por qué nuestra propia vida no la ha de tener?

La importancia de darte tiempo y quitarte culpas te ayuda  a no explotar de maneras no propias a lo que estas educando, te ayuda  a educar con el ejemplo, enseñarle a nuestros hijos que somos humanos imperfectos con vías a siempre mejorar, a que  desahogarse con palabras siempre será mejor que hacerlo a golpes o a gritos.

Exigir nuestro espacio, tomarlo con la misma disciplina con la que asumimos la rutina de nuestros hijos es necesario por el bien propio. Darnos ese respiro, nos ayudará a canalizar nuestras frustraciones de formas más creativas, sanas y menos violentas.

Debemos ponernos en los primeros puestos de la lista de prioridades y responsabilidades. Si mamá está bien, todos estamos bien porque en la casa habrá la armonía que ella transmite. Es tal cual como en los vuelos de avión: primero me pongo la mascarilla y luego los niños. Sabemos que por nuestros hijos daríamos el mundo entero y que rico sería sentirnos bien nosotras mismas para transmitirles seguridad y confianza a ellos.

Si atraviesas problemas de frustración y gritas  también es importante que lo reconozcas y enseñes a tus hijos a admitir que no estuvo bien, créeme que en un futuro cuando adultos, ellos y los que convivan con ellos lo agradecerán. 

Lo que inculcas a tus hijos será la manera cómo ellos asumirán la vida. La violencia genera violencia, por lo que promover la armonía, la comprensión y el respeto al otro será más prometedor para tus hijos. Si les enseñas  a cuidar de ti misma, a poner límites y a cuidar de ti como mujer, les enseñaras a ellos a cuidarse también.

Te invito hoy a tomarte un tiempo para ti. Habla con tu pareja, Si no tienes pareja, como en el caso de muchas de nosotras, habla con algún familiar o amigo, es básico aprender a pedir ayuda,  para que aunque sea una vez a la semana tengas un espacio para ti como mujer, ve una película que a tì te guste, ve al café con amigas, date chance de no hacer “nada”, veras que  incluso ese espacio te serviría para revaluar tu papel como madre.

No hay nada más bonito que enseñarles a nuestros hijos a quererse y a conocerse a sí mismos.

De muchas cosas estoy orgullosa en mi vida pero nada supera al de ser madre! 

Mi mayor reto es ser una gran mujer para convertirme en una madre excepcional.

 Quítate de culpas todas nos desesperamos, todas necesitamos recobrar a esa mujer que a veces dejamos en segundo término, siempre con la coherencia y el ejemplo que les queremos dejar a nuestros hijos.

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