Por: Cris Villegas
Actualmente vivimos una pandemia, donde el reto más importante es no solo cuidarnos, sino cuidar a los demás y que ellos cuiden de ti, es decir, el reto mas difícil es la empatía.
Los niños fueron obligados a tomar la educación en casa y nos preocupamos demasiado por suplir a la perfección el salón de clases y convertirnos en los mejores docentes para nuestros hijos, queremos que aprendan todo de su escuela pero creo que así como nos esmeramos en que aprendan tanto, deberíamos preocuparnos por inculcarles algo de más valor hoy en día y siempre:
La empatía, el valor de amar y respetar.
Hace algunos años, se creía que mejor educación era de una manera estricta para hacerlos entender lo que estaba bien o mal.
Algunos padres utilizaban la violencia física y psicológica, incluso todos hemos llegado a escuchar esa frase “La letra con sangre entra” sin realmente comprender cuánto daño emocional se provoca en los hijos, al final de cuentas una agresión justificada no deja de ser agresión.
Tal vez, algunos padres continuaron con los mismos patrones de enseñanza que ellos recibieron en su niñez.
Todos hemos oído historias de reglazos en la escuela o amigos y conocidos que fueron educados con el método del “cinturonazo “ o el famosísimo “Chanclazo”
Es importante que los padres nos adaptemos a esos cambios en cuanto a la manera de criar a los hijos en la actualidad; ya que muchos factores (externos e internos), son cruciales para que ellos sean adultos de bien.
Eduquemos niños capaces de amar y de respetar.
Los chanclazos deben quedar en la historia solamente
Para los que no entienden el termino chanclazo les diré, qué es una manera de explicar una crianza basada en violencia física (leve). Pero aunque sea solo una manera divertida de explicar la educación del pasado, no deja de ser agresión.
Si queremos que nuestros hijos realmente sean personas de bien y sepan amar cuando sean adultos, entonces será momento de cambiar la forma de enseñanza y enfocarnos más en la parte emocional ya que es el primer sostén que forma la personalidad de cada uno de nosotros.
Enseñémosles que existen puertos seguros.
Todos conocemos gente a la que le cuesta recibir un halago o la que se bloquea porque quiere llorar y no le gusta “demostrar debilidad”, incluso gente reacia a los abrazos porque no están acostumbrados. No dejemos que los niños actuales crezcan asi, los niños necesitan sentirse amados y queridos por sus padres, es el primer contacto social que tienen con el mundo exterior al nacer.
Les generamos la expectativa que el mayor amor y protección somos los padres, si esa imagen de quien mas los ama los agrede que pueden esperar los niños de personas que no los valoran tanto como sus padres, y permitirán que los traten mal en otras arras de su vida, o peor aún repetirán el patrón como se ha venido haciendo tantas generaciones.
Cuando los niños reciben amor por sus padres entonces ellos aprenderán la manera de cómo deberán tratar a los demás.
No está mal llorar, reir, y amar
Ver a tus hijos llorar es muy dificil, así como verlos frustrados, también es complicado llegar de un día cansada y escuchar gritos.
Pero no conozco gente sin emociones, solo gente que no sabe expresarlas, si tú desde niños les enseñas que llorar está mal, pensarán que lo ves como debilidad y cuando tengan algún problema no recurrirán a ti para que no los veas débiles.
De igual manera enséñales a decir te quiero, te extraño, sin miedo al rechazo, el sentimiento nace de ellos y si no es aceptado, el regalo fue dado. No les digas que es cursi o que tiene que ser menos sensible porque le mundo es duro.. pues si bien es duro no hagas que su único entorno seguro también lo sea.
Escúchense, hablen y lo mas importante conózcanse.
Cuando escuchamos a los hijos es una manera de enseñarles y demostrarles que ellos son importantes y especiales, que su opinión cuenta, por lo tanto en su vida adulta ellos harán lo mismo con los demás y les será fácil recurrir a ti cuando tengan algún problema.
Aprenderán a escuchar y poner la atención a todas las personas con que se topen en el camino.
Respeta y enséñales a respetar.
Si quieres que tus hijos sepan amar en su vida adulta, entonces integra este valor en su enseñanza de vida. No solo se trata de respetar a las personas sino a cualquier ser vivo del planeta tierra.
Pero también predica con el ejemplo, enséñales la prima máxima en esta vida “NO HAGAS A OTROS LO QUE NO TE GUSTARÍA QUE TE HICIESEN A TI”
Educar en amor no significa ser permisivos o que existan reglas.
Los hijos saben que sus padres siempre estarán ahí de manera incondicional, pase lo que pase.
Sin embargo, tenemos que hacerles ver que los papás no dejamos de ser una autoridad, que hay reglas y que se tienen que cumplir, y que las decisiones que tomen tendrán sus consecuencias.
Los papás debemos ejercer el control combinando con afecto, firmeza y seguridad.
Si las figuras más importantes e influyentes para el niño, sus padres, le tratan con cariño, reconociendo sus derechos y sus deberes, se sentirá seguro.
El niño necesita sentir que sus padres le ofrecen seguridad y confianza, a la vez que le enseñan y ayudan a aceptar la realidad.
Sin duda, la manera en cómo demostremos amor a los hijos y eduquemos (pensando siempre en su estado emocional) influirá mucho en la manera en cómo ellos serán en su vida adulta.
Ámalos y ellos amarán, respétalos y ellos respetarán, déjalos expresar sus sentimientos y así lo harán siempre.
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¡Qué sería del mundo sin #ellas!