Por : Cris Villegas
Si algo tenemos seguro de esta vida es que es impredecible y que hay cosas que llegan y estrujan de un momento a otro tu mundo, tal cual como cuando niños armábamos una torre con bloques y así de fácil llegaba otro y puuum, se derrumbaba.
He tenido pérdidas y despedidas que me han roto el alma, se han ido personas de mi lado, mi papá por ejemplo se me adelanto muy rápido, he perdido amigos en el camino, he cambiado planes, metas, expectativas, y hasta carreras y profesiones.
Hice alianzas y castillos en el aire, pensando en un “para siempre o en un vivieron felices”, me hicieron promesas que no se cumplieron, me hicieron sentir segura para luego soltarme y dejar cada una como aquella torre de bloques.
Pero luego descubres como cada herida, cada descalabro te hace más fuerte. Aprendes que por mucho que ames a alguien, o tengas apego a tus planes y expectativas; todo es solo parte del camino, son compañeros de viaje que buscan rutas y paisajes al igual que yo.
Si algo me ha ayudado a comprender los distintos procesos que he tenido, es entender que es necesario tener ayuda profesional y de igual modo tener tu red de apoyo, esas personas capaces de escucharnos, de dar aliento y comprensión.
Pero, (porque si, nos seguimos topando con los peros) el verdadero trabajo de reconstrucción depende solo de nosotros mismos.
Es tan simple como cuando vas al doctor o llevas un tratamiento médico.
La ciencia con toda su exactitud te proporciona los medios y la ayuda, pero una vez que la medicina entra al cuerpo es trabajo de todas tus células reaccionar al tratamiento, así como es tu responsabilidad seguir los horarios de los medicamentos y las indicaciones.
Pues bien, en ese camino de demoler y construir me he dado cuenta de algunos tratamientos que me han funcionado para hacerme responsable de mi construcción.
Empecé a buscar el “Para que” y no el “porque”
Poco después de mi separación, una noche después de dormir a mis hijos, estaba llena de dudas, y me preguntaba porque había pasado, y entonces entendí que por qué ya no importaba, porque la toma de decisiones hablaban de la calidad de cada una de las partes, y cada uno teníamos nuestras justificaciones, acertadas o no pero validadas por cada uno.
Y entonces decidí que lo único que tenía era el para que lo estaba viviendo; talvez para ayudar a otros, para crecer como persona, y lo más importante para darme la oportunidad de aprender a reconstruirme yo sola.
Cuando nos preguntamos por qué estamos queriendo entender o influir en decisiones que no son de nosotros, en cambio el para qué pero te abre el camino a trabajar con lo que se tiene, así sean ruinas, pero es lo que tienes y con lo que puedes trabajar.
He aprendido a disfrutar crear Nuevos Planes.
Si existiera un GPS que te ayudara a trazar tu vida, el mío seria el rey del recalculando. He cambiado de ciudad, de carrera, de metas y gustos. Y con el tiempo he descubierto que si un plan no da, pues se crea otro, pero el chiste es seguirse moviendo y en la creación de esos nuevos planes he descubierto rasgos, fortalezas y defectos que
Todo proceso, toda construcción, requiere un plan. Claro uno que tenga un margen de flexibilidad de adaptación, pero el crear nuevas metas, te anima, te estimula, te avienta… es como cuando anuncian un nuevo menú y esperas ansiosa ver que hay nuevo que probar.
Deje de ser tan severa conmigo misma y empecé a quererme con mi perfecta imperfección, que si bien soy consciente de las miles de fallas que tengo, he aprendido a hacer equipo conmigo y trazar juntas el plan para nuestra mejor versión.
Sigo en construcción y segura estoy que me reconstruiré otras mil veces más, pero lo importante es que tome mi responsabilidad, de que soy la única de la que depende construirme, ya no tengo miedo de hacerlo, no tengo miedo de vivir, de arriesgarme a sentir, ya no temo que me rompan el corazón porque sé que al final de cada herida me tengo a mí, que me basto y me sobro para seguir adelante, sé que soy capaz de levantarme una y mil veces si me caigo.
He aprendido a darle un lugar en mi corazón a cada persona que lo habita por amor y no por necesidad o dependencia, de agradecer a las que están por quererme con todas las cicatrices que tengo y las que no están por no ocupar espacio.
Me hago responsable de creer en los cuentos de hadas y finales felices, he aprendido a agradecer y bendecir a todas esas personas que han tocado mi vida. Y a las que consciente o inconscientemente he tocado las de ellas…
Hoy bendigo la oportunidad de ser la única responsable de mi construcción y disfruto poder hacerlo.
Anímate a tomar tu responsabilidad, a volver a agarrar esos bloques y construir nuevamente y veras que no hay mejor obra de arte que tú mismo.
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Yo como Tú #SoyMujer